Hoy vengo a hablar de algo muy serio: mi incapacidad total para tener conversaciones normales. No sé qué me pasa, pero puedo organizar proyectos, limpiar casas con precisión quirúrgica y planificar contenido semanal… y aun así me bloqueo cuando alguien me pregunta “¿cómo estás?”. Este es un intento (fallido, pero sincero) de entender por qué lo complicado me sale natural y lo fácil me deja en blanco.
Hoy me di cuenta de algo curioso: tengo facilidad para lo difícil, pero me cuesta lo fácil.
Nunca he sabido contestar decentemente a un “¿cómo ha estado tu semana?” o un “¿cómo estás?”.
Son preguntas simples, pero que me toman demasiado tiempo pensar, y eso me vuelve incapaz de seguir una conversación cotidiana natural.
Además, no sé qué me pasa, pero cuando siento que voy bien, necesito arruinarlo de alguna manera.
Es como si supiera que esa no soy yo.
Es inconsciente. Es estúpido.
Hago demasiadas cosas en una semana, y también siento demasiadas cosas.
Hacer las compras me cuesta muchísimo si no voy al supermercado con una lista.
Una vez fui solo a comprar aceite de oliva y volví con leche, huevos y gomitas… pero adivinen: olvidé el aceite de oliva.
y esto es mas que ser distraida, es que estando alla pienso en todo lo demas que quiero o necesito, pero el verdadero motivo lo olvido.
En Canadá trabajo haciendo limpieza en casas, y mentalmente tengo procedimientos para cada cosa o área, dependiendo del lugar.
Y aun así, muchas veces me dicen que solo necesitan “un paño y una aspiradora para limpiar”.
Me causa gracia, porque no todos ven la estructura detrás de lo que parece simple.
Recuerdo haber escuchado a algunos artistas decir que la inspiración simplemente llegó y la sacaron, como si fuera fácil.
Pero no siempre es así para todos.
No se dejen engañar: si la inspiración no llega, no te quedes ahí esperándola.
Estimúlala. Trabájala.
No porque algo sea difícil hay que dejarlo; eso, precisamente, es lo que me ha mantenido aquí.
Pero a veces me pierdo entre tanto.
Tantos pensamientos, tantas tareas, tantas versiones de mí intentando avanzar al mismo tiempo.
Hoy es uno de esos días.
Después de dos meses logré sacar esta página web, pero ahora hay problemas para ponerla en el buscador.
Mientras tanto, sigo publicando en Instagram, haciendo los videos para cada semana de octubre, aprendiendo a usar TikTok para artistas, desarrollando un plan de contenido, intentando reactivar mi página de Facebook y avanzar tanto en mi siguiente proyecto musical como en uno físico.
A eso le sumo que también tengo que trabajar —porque la vida sigue—, y que me negaron la extensión de visa, así que tengo 90 días para definir mi ruta… sin tener un plan claro.
Y si a todo eso le agrego que debo responder cómo ha ido mi semana en inglés, simplemente prefiero decir que “me ha ido bien” y punto.
Pero ahí aparece otro error: el de no buscar conversación, el de cerrar el diálogo antes de empezar.
Y al final, quedo mal con la gente igual.
